dimarts, 7 de desembre del 2010

Sin ánimo de ofender

Sin ánimo de ofender: "

EL ELECTRÓN LIBRE // MANUEL LOZANO LEYVA


* Catedrático de Física atómica, molecular y nuclear en la Universidad de Sevilla


Mi oficio, físico nuclear, provoca distintas reacciones, pero lo último que me esperaba es que alguien se partiera de risa al saberlo. Fue el fotógrafo de un periódico que, entre foto y foto que me hacía para ilustrar una entrevista, me contó la siguiente anécdota.


Esperaba en la puerta de los juzgados con sus cámaras dispuestas para fotografiar a un político local corrupto. Supuestamente, claro. Entonces apareció un individuo cuyo atuendo y peinado le parecieron singulares al fotógrafo. Este lo miró, porque además le recordaba a alguien habitual en los platós de televisión. El hombre se plantó ante él y le espetó que ni se le ocurriera hacerle una foto, porque él era homosexual pero tenía sus derechos. El fotógrafo, atónito, le dijo que no le iba a hacer ninguna foto y que además lo mismo le daba que fuera homosexual como físico nuclear. El individuo abrió los ojos desmesuradamente y entró en los juzgados a buen ritmo. El fotógrafo quedó alterado, pero más se alteró cuando vio aparecer al tipo acompañado por un guardia civil. Lo acusó rotundamente de haberle ofendido. El guardia, en tono cansino aunque paciente, le preguntó al fotógrafo qué le había llamado a aquel señor. Respondió que él no le había ofendido y mencionó lo de físico nuclear. El guardia puso los brazos en jarra con el ceño fruncido mientras el otro sostenía que aquella era la prueba de la ofensa, porque con su físico no se metía nadie y quería poner una denuncia. El guardia, escamado, reconvino al fotógrafo diciéndole que aquello de físico nuclear quizá no fuera una ofensa, pero que había faltado al otro. Salvó la situación un abogado que pasaba por allí, al cual conocía el guardia. Este, con guiño cómplice, lo introdujo en el conflicto como señor juez. Le contaron el lance y el juez sentenció que, efectivamente, el fotógrafo había agraviado al otro, pero que no era grave y que una posible denuncia no se admitiría a trámite. Se acabó la pequeña trifulca y el fotógrafo quedó abatido, sobre todo cuando le dijeron que el político corrupto ya había entrado.


Tras celebrar la anécdota, y una vez solo, medité sobre el asunto y también quedé abatido. Este periódico dedica todos los días una sección a la ciencia, los medios en general se hacen eco cada vez mayor de ella, los científicos hacemos esfuerzos por transmitir conocimientos y gran parte de la sociedad sigue ajena a nuestro trajín. Aventuro que aquel hombre, el guardia y el “juez” estaban infinitamente más influidos por ciertos programas de la televisión que por cualquier otra información, sobre todo científica. ¿Realmente podemos luchar contra eso? ¿No somos unos tristes quijotes?

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Viatge naturalista a Extremadura i Andalusia (part 3 i final, suposo): Doñana i una nit a la Sierra de Andújar

  Doñana No hi ha futur sense Doñana. No es coneix la llum fins que no coneixes Doñana. No he conegut cap espai natural més fascinant natura...